In English
Esta historia fue traducida por la periodista Jenny Manrique.
En la reunión del comité del distrito escolar del condado de Washoe (WCSD) del pasado martes, el distrito revirtió su postura sobre la política de la junta 1310 para permitir que los asuntos de Black Lives Matter (BLM) y la comunidad LGBTQ+ se discutan en el aula.
El distrito escolar insistió anteriormente que actividades como tener banderas de arcoíris en un salón de clases estaban prohibidas por ser “discurso político”.
Después de meses de mantener la política de la junta, el asesor legal del distrito finalmente declaró que los maestros pueden tener discusiones sobre estos temas. Y no hay nada en esta política que realmente prohíba tal práctica.
Las declaraciones hechas en la reunión de la junta de fideicomisarios del distrito el 9 de febrero, mientras se discutía una resolución contra el racismo y los “espacios valientes”, fueron una antesala de esta decisión.
Siguiendo al movimiento nacional Black Lives Matter después del asesinato policial de George Floyd el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis, el distrito escolar se vio obligado a analizar detenidamente las discusiones sobre cuestiones de racismo, discriminación y acoso.
Las comunidades estudiantiles como WCSD4Change, maestros, padres y administradores se comprometieron con el distrito para enfocarse en la necesidad de crear un ambiente más inclusivo y compasivo para los estudiantes.
Exigieron un plan de estudios que reconozca la diversidad y las historias de las personas de comunidades étnicas en Nevada y Estados Unidos, y argumentaron que es una falacia etiquetar la discusión de temas LGBTQ+, derechos civiles y BLM como “política”.
Durante la reunión del comité, el asesor general del WCSD, Neil Rombardo, dijo que tal interpretación generó malentendidos y controversias en torno a la política. A medida que el equipo legal verificaba la historia y el propósito de la política en asociación con el departamento de Cumplimiento de Derechos Civiles, “nos resultó evidente que la política de la junta 1310 se expandió más allá del alcance de su propósito previsto cuando comenzó a corregir el discurso de los empleados y la actividad política de los empleados”, dijo.
La intención original de la política de la junta 1310 era prohibir que los candidatos políticos coloquen carteles o símbolos en las instalaciones de la escuela y los usen como un lugar para hacer campaña. La directiva que proporciona pautas para las actividades políticas del personal es la política de la junta 4500, que “de alguna manera se transformó en 1310”, agregó Rombardo.
“La hemos retirado”, dijo, y agregó que las partes confusas de la política de la junta 1310 se eliminarán y partes de ella se abordarán en la política de la junta 4500 con respecto a la actividad política del personal.
Según Rombardo, la 1310 trata sobre la gestión de la propiedad en el contexto de la señalización y los símbolos políticos, y la 4500 trata sobre la gestión del personal en relación con la actividad política.
A diferencia de antes, de ahora en adelante, cuando el distrito haga cumplir la política 1310, tendrá consecuencias en la propiedad y no en el personal. La política 1310 por sí sola no prohibirá que el personal discuta temas sociales y políticos con los estudiantes de una manera adecuada y saludable.
¿Qué está en juego?
Dado que la redacción de políticas siempre es compleja, el comité ha decidido mantener debates sólidos sobre varios aspectos de la política.
Algunas de las discusiones versaron sobre el significado de un acto político.
El asesor legal del distrito se basó en la ley federal Hatch para llegar a una definición clara de lo que constituye “actividad política”. En su borrador, el equipo legal definió la actividad política como “cualquier actividad dirigida al éxito o fracaso de un partido político, candidato o cargo político, grupo político, organización política, tema político, iniciativa de votación, proyecto de ley, petición o cualquier otro asunto en la actualidad ante la legislatura estatal o la agencia del gobierno local”.
Además, define un grupo político como “un grupo de personas que se reúne para promover una ideología común y lograr objetivos particulares en la esfera pública y gubernamental”.
El fideicomisario Kurt Thigpen dijo que tal definición podría interpretar a grupos como LGBTQ+ como un grupo “político” y contradecir la resolución del distrito de que no se tolerará la discriminación por motivos de raza, sexo, género o etnia.
Thigpen sugirió que los grupos basados en la identidad y la cultura no deben clasificarse como políticos, y expresó su preocupación de que tal clasificación podría llevar a que se les prohíba celebrar cosas como el mes de la Historia Afroamericana o el mes LGBTQ.
“Necesito pensar detenidamente en eso”, dijo el administrador Jeff Church. “Estamos hablando [de permitir] la bandera del arco iris pero no la bandera confederada. ¿Y si un grupo latino quisiera izar la bandera mexicana? … Entonces, me estoy comunicando con el Sr. Rombardo, para que no votemos [en] un callejón sin salida y tengamos problemas o marginemos a otros miembros de la comunidad”.
“Bueno, yo creo, a menos que la junta decida lo contrario en alguna otra política o regulación, que la bandera confederada no es parte de su educación inherente… La bandera confederada es un discurso de odio”, respondió Rombardo.
“¿Qué pasa con la antigua bandera de Alabama que tenía al Confederado en la esquina?” bromeó Church. “Solo estoy preocupado por entrar en un callejón sin salida”.
Rombardo dijo que sentía que permitir banderas basadas en identidad y cultura y temas relacionados tiene un lugar en la política de la junta 4500 y no la 1310. Incluso entonces, los miembros pensaron que era importante tener una discusión detallada sobre el tema.
La pregunta principal en este punto era cómo responder a la demanda de los estudiantes de inclusión y equidad. ¿Cómo apoyar a grupos basados en la identidad e históricamente marginados como los estudiantes LGBTQ + y negros y al mismo tiempo prohibir que un grupo basado en la identidad que profesa la supremacía este fuera de control?
La presidenta de la junta, Angie Taylor, intervino.
“¿Queremos ser inclusivos? ¡Absolutamente! ¿Queremos sincerarnos frente a [una situación], como, “Me identifico como blanco, por lo tanto soy un fanático de la supremacía blanca?”, preguntó. “Cualquier supremacista es malo, pero si empezamos a mirar la identidad de los grupos y las personas, la blancura también es una identificación. No es necesariamente negativa, pero ciertamente puede serlo”.
Taylor señaló además que el distrito deberá seguir trabajando para comprender y definir estos problemas. Más adelante en la discusión, agregó que si los grupos de estudiantes basados en la identidad están amenazando y marginando a otros grupos, entonces ella estaría preocupada por la seguridad y diversidad de otros estudiantes.
“Queremos apoyar a los estudiantes, pero debemos reconocer que existe toda este asunto. Tenemos que trabajar en eso”, dijo.
La profesora de Harvard Joan Donovan, que estudia los grupos supremacistas y sus movimientos en línea, explicó una vez cómo los grupos supremacistas blancos han cambiado el nombre de sus agendas llenas de odio para parecer aceptables entre sus partidarios. Parte del proceso del KKK consistía en “cambiar continuamente la imagen de cómo se veía su movimiento a sí mismo. A finales de los sesenta se llamaban a sí mismos el movimiento nazi estadounidense. Luego pasaron a hablar de un movimiento de poder blanco”.
La fideicomisaria Ellen Minetto dijo que mirar banderas es parte de la educación de los estudiantes y que cuando están aprendiendo sobre la historia española o mexicana, pueden y deben poder ver una bandera. Pero, para todas las demás ocasiones, el distrito debería lucir solo banderas estadounidenses y de Nevada.
¿Permitirá el distrito la discusión sobre el aborto, la pena de muerte o la señalización política?
También hubo discusiones sobre qué temas se pueden tratar durante el horario escolar. Church preguntó qué sucede si a algunos grupos se les permite hablar sobre temas como el aborto, la paz en Oriente Medio y la vigilancia policial.
“Lo que no permitiríamos es que un grupo venga a nuestro campus… y sea pro-pena de muerte y pro-aborto o anti-cualquiera que sea el caso. Eso no significa que no vamos a enseñar sobre estos temas difíciles en un plan de estudios apropiado y permitir un debate saludable”, respondió Rombardo.
El comité también decidió que la mayoría de la señalización política no se permitirá en la propiedad del distrito o en los campus escolares. El distrito puede permitir calcomanías en los parachoques de un vehículo personal, pero no se permitirán carteles políticos grandes pintados en el costado de un camión.
“Habrá áreas grises”, agregó Rombardo. Y en esas ocasiones, el superintendente deberá tomar una decisión. Sin embargo, cuando se alquila una propiedad del distrito para un evento político, con la aprobación expresa del distrito, los organizadores pueden usar carteles políticos, temporalmente.
La junta tendrá su próxima reunión en dos semanas para que la comunidad evalúe los cambios propuestos.