El fotógrafo y video periodista de This Is Reno Ty O’Neil, que su pasión radica en documentar las zonas de conflicto, viajó a Europa para documentar la guerra en Ucrania y sus impactos. Su primer despacho proviene de Warsaw, Polonia, donde se reagrupó antes de dirigirse hacia Ucrania. This Is Reno continuará siguiendo los esfuerzos de Ty en Ucrania, ya que es capaz de enviarlos.
La guerra en Ucrania continúa en su tercera semana empujando a más y más civiles a huir de su país de origen. Con el reciente bombardeo de un teatro en Mariupol poco parece estar fuera del alcance de la crueldad de las municiones rusas.
Los informes ahora dicen que tres millones de personas han huido del país y muchos viajan a Polonia por cualquier medio posible, especialmente en trenes.
En Warsaw, Polonia, esto es muy evidente con los refugiados que pasan por la estación de tren Warszawa Centralna están en ruta a destinos mucho más lejanos. Se han erigido tiendas de campaña fuera y dentro de la terminal ferroviaria para proporcionar ayuda a estos refugiados ucranianos. Los alimentos gratuitos y los bienes donados son clasificados y distribuidos por voluntarios.
El número de personas es triste; casi cada esquina tiene una familia o individuos configurados con algunas piezas de equipaje a su alrededor, lo que puede ser todo lo que queda de sus vidas. El llanto de la gente es común y parecía hacer eco en el piso de piedra dura de la estación.
La gente miraba a su alrededor una ciudad en la que nunca había estado con miradas perdidas que solo alguien sin un lugar al que regresar puede realmente comprender.
Encontré solo un pequeño espacio sin residentes temporales– unas pocas ventanas entre un McDonald’s y una pasarela. Un hombre musulmán dijo oraciones mientras un oficial de policía revisaba su teléfono. Fue un momento tranquilo en un mar de gente tratando de averiguar qué pasará después.
El pueblo de Warsaw está siendo solidario. Durante mi tiempo en la estación de tren, tres camionetas llegaron con donaciones de alimentos, asientos de automóvil, ropa y otros artículos para los refugiados. Los traductores voluntarios llevaban prendedores que mostraban qué idiomas hablaban.
Conocí a un hombre mayor que solo hablaba inglés corriendo por la puerta de una de las carpas de donación. Dijo que había estado ayudando durante menos de media hora, pero que ya estaba ayudando a mostrar a los refugiados dónde podían acceder a la ayuda y los artículos donados, a pesar de la barrera del idioma.
La gente trabajaba para conseguir refugiados trabajando tarjetas SIM, las carpas de primeros auxilios trataban de ayudar a los necesitados, pero la triste realidad parecía que toda esta ayuda, por más necesaria y solidaria que sea, está lejos de lo que estas personas desean. Desean volver a casa.